«La minería tras la Quebrada de la Plata: el interés privado campea una vez más sobre los bienes públicos»

COLUMNA DE OPINIÓN DEL PROFESOR ALEJANDRO LEÓN, FAC. DE CS. AGRONÓMICAS

“…la Universidad de Chile, que ha jugado un rol importante tanto en la investigación como en la educación en el área de los recursos naturales, hoy se suma a la lista de víctimas del crecimiento económico descuidado”.

Mucho se ha escrito y dicho sobre la posibilidad que tiene Chile de convertirse en un país desarrollado.

Sin embargo, lo que apreciamos hasta ahora es más bien crecimiento económico que desarrollo. Uno de muchos desafíos que debemos afrontar para alcanzar el desarrollo integral tiene que ver con el adecuado cuidado de los recursos naturales. Sin desconocer lo mucho que hemos avanzado durante la última década, nos falta mucho camino que recorrer.

Hoy existen múltiples casos de uso y abuso de nuestros recursos que suceden por variadas razones: legislaciones e instrumentos diseñados en momentos históricos en que se privilegiaba esencialmente el aumento de la producción; instituciones públicas sin capacidad de controlar una adecuada aplicación de la ley, superposición de funciones o vacíos legales; dominio sin contrapesos de la propiedad privada aun cuando exista la necesidad de proteger bienes que tienen un carácter más bien público, etc. Basta recorrer el país para comprobar que, en virtud de una variedad de incentivos perversos, se generan externalidades negativas que en la práctica deben ser absorbidas por la ciudadanía. Grandes extensiones del territorio continental y marino han sufrido el deterioro de suelo, flora y fauna nativas, glaciares, cuerpos de agua dulce.

En este sentido, la U. de Chile, que ha jugado un rol importante tanto en la investigación como en la educación en el área de los recursos naturales, hoy se suma a la lista de víctimas del crecimiento económico descuidado. Es el caso de una de las estaciones experimentales de la Fac. de Cs. Agronómicas: la Estación Experimental Germán Greve Silva, que pertenece a la Universidad desde 1933, y que se ubica en las  cercanías de Santiago, en la comuna de Maipú. Dentro de la Estación se encuentra la Quebrada de la Plata, un lugar en el que investigadores de diversas Universidades y organizaciones civiles han trabajado por largo tiempo para conocer y preservar su biodiversidad.

La Quebrada de la Plata presenta una alta diversidad en la vegetación, ya que es posible encontrar un estrato herbáceo, arbustivo y arbóreo, además de especies suculentas. Los principales tipos de vegetación  corresponden a bosque esclerófilo y matorral espinoso. En el área existen un total de 315 taxas, de las cuales 245 corresponden a especies nativas (77,8%) y 70 a especies exóticas (22,2%). Del total de especies presentes 254 especies (80,6%) son herbáceas, 47 (14,9%) son arbustivas y 5 (1,6%) son arbóreas. Las familias que reúnen mayor número de especies son: Asteraceae (18,7%), Poaceae (9,2%), Fabaceae (6,7%), Scrophulariaceae (5,7%) y Apiaceae (4,4%). También existe una larga lista de especies animales autóctonas, algunas de ellas endémicas como cururos, degú, sapo de rulo, turcas y tapaculos.

La principal amenaza a la preservación de este reducto de bosque esclerófilo es la instalación desde hace algunos meses, creemos que de manera ilegal, en la zona más alta de la Quebrada, de una faena de explotación minera que ha transformado senderos en caminos, instalado una gran cantidad de maquinaria pesada, destruido la vegetación y extraído grandes cantidades de roca, afectando gravemente este ecosistema. Es posible que parte de las especies animales que ahí habitan hallan migrado debido a las explosiones y el ruido constante. Lo que nos indigna es que este es un lugar que forma parte del Sitio Prioritario El Roble y está protegido por el Plano Regulador de la Región Metropolitana como un sitio de Preservación Ecológica. A pesar de numerosas denuncias a los servicios competentes, la faena sigue adelante bajo el amparo del Código Minero. Incluso, los accesos han sido bloqueados con alambrados y rocas!

Por ello, resulta imprescindible y urgente que la Universidad disponga de sus mejores capacidades legales para detener la situación y proteger un lugar que por pertenecer a una Universidad pública le pertenece también a la comunidad.

Alejandro León Stewart, Ph.D., Académico Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile

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