“El Senado Universitario ha ganado credibilidad y se ha potenciado frente a la comunidad universitaria”

A pocas semanas de celebrarse el VII Aniversario y Cuenta Anual del Senado Universitario, su Vicepresidente, el Prof. Pedro Cattan Ayala, se refirió al reconocimiento con el que hoy cuenta este órgano triestamental, producto de una incesante labor normativa y también por su involucramiento en la búsqueda de soluciones para problemáticas internas. “La comunidad universitaria nos ha demandado más de lo que podemos hacer”, destaca con orgullo el Profesor Cattan,
consciente de las dificultades que desde sus inicios ha debido sortear el único Senado Universitario del país para su instalación institucional, que tardó 8 años desde el referéndum de 1998 y otros tantos para ganarse un espacio en el imaginario de quienes integran la Universidad de Chile.

“Queremos que la comunidad conozca al Senado, que interpele a sus Senadores, que demande soluciones. Obviamente no podemos crear falsas expectativas, pero sí podemos proponer cambios y en eso estamos”, asegura  el Vicepresidente, quien en esta entrevista se refiere al Referéndum que prepara el Senado para modificar el Estatuto, al dictamen de Contraloría sobre las atribuciones de los órganos superiores de la Universidad de Chile, a los principales avances normativos del período y a las tareas pendientes, entre las que figura la instalación definitiva del Senado en su
sede, la Casa Central.

Al consultarle su evaluación general del año en que le tocó encabezar el Senado Universitario, el académico de la Facultad de Cs. Veterinarias no duda en responder que se trató de “un año complejo”, porque estuvo “lleno de situaciones difíciles cercanas a temas de crisis”. Sin embargo, agrega, “esto mismo lo transformó en un período de interesantes desafíos.

El Senado ha tenido que desplegarse en distintos ámbitos, incluso fuera de su
competencia. La comunidad universitaria nos ha demandado más de lo que podemos
hacer. Esto puede interpretarse como una señal para revisar las atribuciones de los
órganos de gobierno de la U”.

-Hace pocas semanas se dio a conocer el dictamen de Contraloría General sobre las atribuciones de los órganos superiores de la Universidad de Chile, donde prevaleció la tesis del Senado en cuanto a la potestad sobre amplias materias normativas y políticas de carácter general de la Universidad. Además de que el pronunciamiento se materialice con la promulgación de los reglamentos que estaban en espera, ¿qué otras atribuciones debieran revisarse a futuro?

La comunidad está demandando nuevas atribuciones que deberemos considerar en el futuro. Por ejemplo, con frecuencia nos llegan denuncias sobre temas académicos,
administrativos, del desarrollo de las distintas unidades, de los Campus y varias sobre el incumplimiento de reglamentos. En este sentido parece necesario discutir una eventual atribución fiscalizadora, relativa a reglamentos o a políticas generales. No se trata de competir con la Contraloría Interna, se trata de dar sentido a una necesidad que surge de las unidades.

El Senado ha sido requerido en diversos conflictos dentro de la Universidad, cuando
no existe una fórmula razonable de abordaje; probablemente comisiones investigadoras del Senado pudieran elaborar informes que aportaran a la solución de los mismos. Su papel mediador tampoco está normado y parece necesario hacerlo en el corto plazo.

“VENCER LA TENDENCIA FEUDAL”

Durante el período agosto 2012 – julio 2013, el Senado Universitario estudió y se pronunció sobre proyectos presentados, despachó normativas y estableció acuerdos. De entre toda su labor reglamentaria, el Profesor Cattan destaca dos iniciativas de especial trascendencia: El Reglamento de Campus ya aprobado y en espera a que el Rector lo dicte, y el Reglamento General de Académicos, actualmente en discusión.

“El Reglamento de Campus tiene una especial connotación porque es Central para
el desarrollo de una nueva Universidad. El Proyecto de Desarrollo Institucional contempla dentro de las propuestas de acciones ‘tender a la concentración en campus, basada en la integración por áreas del conocimiento’.

En este sentido todos los esfuerzos futuros deberán dirigirse hacia esta integración por
áreas y su localización en campus principalmente físicos. El reglamento está en espera de ser dictado y, de acuerdo al pronunciamiento de Contraloría, el Rector no debiera demorar más tiempo en dictarlo. Su implementación dependerá del esfuerzo que se realice para lograr que las autoridades lo internalicen. Habrá que vencer la tendencia feudal y la resistencia natural al cambio. Es una pelea que el Senado Universitario debe dar en el corto plazo.

-¿Cuál es el nivel de avance del Reglamento de Académicos y qué aspectos centrales
trata?

Se ha avanzado en cuanto a la definición de las distintas carreras académicas y sus jerarquías. Se está revisando el tema de la evaluación académica, esto es las condiciones para ascender en la carrera y se inicia en la próxima semana la revisión del tema calificación. Entendemos que el Estatuto es muy claro en cuanto a establecer en el artículo 47 que debe haber un reglamento general que dé cuenta del  ordenamiento académico regulando el ingreso, mantención, promoción y egreso de los académicos.

-Por primera vez el Senado realizó actividades sistemáticas en los diferentes
Campus, relacionadas con Sustentabilidad y Formación Cívica Universitaria.
¿Este fue un esfuerzo por descentralizar su quehacer?

Un hecho importante de este período fue el de aprobar y socializar una Política de Sustentabilidad para toda la Universidad. Hoy ninguna Universidad importante puede carecer de tal política. La “U” no puede estar ajena a la existencia de los cambios ambientales ni a la acción humana sobre la naturaleza. Más aún, debiera ser líder en
el trabajo de estos temas. En esto hay que ser enfático: debemos disminuir la contaminación, optimizar el uso de la energía, disminuir nuestra huella de carbono, aumentar el reciclaje, disponer los desechos de manera sustentable, declarar nuestro respeto a la naturaleza. En la “U” deben reinar los principios ecológicos y no los principios económicos.

En cuanto al tema de Formación Cívica Universitaria, hemos detectado un importante
desconocimiento de la estructura y sistema de gobierno universitario. No queda claro para los estudiantes, por ejemplo, qué es un departamento o cómo es la carrera
académica. No hay claridad sobre los órganos colegiados, ni cuáles son sus funciones. Todo es una nebulosa que hay que despejar y el Senado es el órgano más indicado para ello.

En resumen, la política de Sustentabilidad trata de que esta Universidad tenga claridad
en el abordaje de sus compromisos con el medio y la Formación Cívica apunta a que los estamentos estén informados de la propia constitución de su universidad. Sólo de esa manera podemos asegurar líderes informados para el futuro que tengan una visión diferente y actúen en consecuencia.

PRESUPUESTO UNIVERSITARIO: EQUIDAD Y TRANSPARENCIA INTERNA

-¿Cómo evalúa el último proceso de discusión del presupuesto? Se ha dicho que el aporte del Senado en esta materia ha sido el de instalar temas en el debate universitario, como la necesidad de materializar los principios de equidad y transparencia.

La equidad y la transparencia en una institución pública debieran ser banderas
de exhibición permanente. En particular con el tema del presupuesto, siempre estará
presente el Estatuto que demanda al Senado Universitario ratificar el Proyecto de Presupuesto que presenta Rectoría y aprueba en primera instancia el Consejo Universitario. Sin embargo, como está hecho el proceso, la última palabra siempre la tiene el Rector. Este es un tema de discusión en la comisión de Estatuto.

Por otra parte, hay que destacar que el Senado Universitario ha instalado el tema del Presupuesto ya que históricamente su rechazo ha llevado cada año a la necesidad
de constituir la comisión mixta y este hecho empieza a formar parte de la tradición de la
Universidad. Este año hemos logrado introducir al menos una variación pequeña en
la distribución tradicional de los fondos, obedeciendo a criterios de equidad, de tal
manera de ir cambiando progresivamente tal distribución.

Hay además varias situaciones que dicen relación con el tema presupuestario. Por ejemplo las enormes diferencias entre las unidades en cuanto a remuneraciones, en las capacidades de inversión entre una Facultad y otra, en la infraestructura que se ofrece a los estamentos, en fin, la inequidad presupuestaria es un tema que está presente en las discusiones del Senado.

“LAS NECESIDADES DE LA COMUNIDAD DEBEN SER CANALIZADAS”

-Estos han sido años de permanentes movilizaciones, donde el Senado no ha sido
un mero observador. ¿Qué episodios destacaría? ¿Cómo se ha combinado la
participación del Senado como un ente demandante de educación pública de calidad,
que ha salido a marchar por ello, con otros roles, como el de mediador en momentos internos complejos para la comunidad universitaria?

Destacaría la relación con los estudiantes, el compromiso con la educación pública, los
debates sobre la participación de la “U” en los problemas país, la defensa de la autonomía universitaria, la visión de futuro que tiene el Senado Universitario. El Senado en este período ha ganado credibilidad y se ha potenciado frente a la comunidad universitaria. Su función normativa se ha incrementado con otras funciones, porque la propia comunidad se lo demanda. Somos el órgano más democrático de la Universidad porque en él participan representantes de los tres estamentos, hemos
estado presentes en varios de los problemas internos y externos. La comunidad
nos ve como el órgano colegiado depositario de aspiraciones que necesitan una
estructura que proponga soluciones. Ha habido situaciones complejas como las tomas de Casa Central, de la torre 15 por pobladores, de las sedes de INAP, movilizaciones en Artes, una serie de paralizaciones que han requerido de nuestra presencia.

-¿Diría que el acercamiento de este órgano normativo a la comunidad fue el sello
de este período?

Absolutamente sí. Queremos que la comunidad conozca al Senado, que interpele a
sus Senadores, que demande soluciones. Obviamente no podemos crear falsas expectativas, pero sí podemos proponer cambios y en eso estamos. Las necesidades
de la comunidad universitaria deben ser canalizadas y el Senado tiene que abrirse a ello. El estatuto nos impone como tarea fundamental establecer las políticas y
estrategias de desarrollo institucional.

DESAFÍOS FUTUROS: REGLAMENTO DE ACADÉMICOS, REFERÉNDUM Y PROPUESTA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

-¿Qué ha sido lo más complejo de gestionar desde el Senado? ¿Hay temas que quedan pendientes frente a los cuales le hubiese gustado concretar un poco más las soluciones?

Los temas más complejos dicen relación con las áreas grises del Estatuto. En particular
la letra a) del artículo 25 nos ha puesto más de un problema. Esperamos que con el dictamen de la Contraloría General de la República podamos avanzar más rápido.
En temas particulares del Senado, un problema es que no tiene sede propia. Se inició funcionando en la Casa Central, ese es su lugar oficial, y post-terremoto se cambió a la Facultad de Economía y Negocios (FEN) que nos ha brindado su hospitalidad. Luego se volvió a Casa Central, pero con las tomas regresamos a FEN. Entendemos que pronto la Casa Central entrará en reparaciones y por ello solicitaremos al ejecutivo una solución efectiva para el Senado Universitario.

Nuestro trabajo ha aumentado y por tanto necesitamos dependencias adecuadas. En
cuanto a reglamentos deberíamos haber avanzado a mayor velocidad con el General
de Académicos.

-¿Cuáles son los principales desafíos que vislumbra para el período siguiente?

Son tres, principalmente. Primero, terminar felizmente el Reglamento General de Académicos. Segundo, realizar el referéndum con las proposiciones de modificación
al estatuto, que son centrales para el futuro universitario, pues tratan sobre la nueva estructura que debe terminar con el sistema feudal actual y las nuevas formas de
gobierno, donde esperamos que cada estamento tenga participación. Tercero, avanzar en propuestas sobre educación pública, en cuanto a calidad y gratuidad, que permitan superar problemas de inequidad, de acceso, de oportunidades.

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