Columna de opinión del Vicepresidente del Senado, Prof. Pedro Cattan: “Lo que se quedó en el tintero…”


Por regla general, cuando termina un ciclo de actividades se suele hacer un recuento de lo realizado para resaltar la labor  efectuada. En esta oportunidad, al final del período 2010 – 2014 del Senado Universitario, prefiero destacar aquello que quedó por hacer. El SU nació para pensar la Universidad, su desarrollo, su misión y para proponer políticas que tiendan a la mejora constante de esta Institución. En este sentido, ha trabajado y lo ha hecho bien. Lento, pero bien.

En un desglose de lo pendiente, en lo general, faltó hacer más en el tema de la educación pública, con todo lo que involucra: calidad, gratuidad, inclusión. El Estatuto, en su artículo tercero, establece que le corresponde a la Universidad contribuir con el perfeccionamiento del sistema educacional del país y siento que es una deuda pendiente. Hemos avanzado hacia una política de equidad e inclusión dentro de la Universidad, pero han faltado propuestas hacia extramuros. Recientemente, con el anuncio de la creación de dos nuevas universidades públicas, hemos enviado una carta al Ministro de Educación manifestando nuestra intención de participar en esa discusión. No hemos tenido respuesta.

En los aspectos internos, hay varios elementos sobre los cuales queda trabajo pendiente. Entre otros, la revisión y eventual readecuación del Proyecto de Desarrollo Institucional (PDI). El actual es una muestra de que los cambios propuestos son una buena intención, pero impracticables. Nuestra tradición pesa y casi siempre actúa como lastre. Un ejemplo: no avanzamos nada sobre una nueva estructura para la Universidad. ¿Por qué? Tal vez estamos muy conformes con lo actual y no queremos reflexionar sobre ello. Constituye otra deuda pendiente.

Estamos finalizando un nuevo reglamento de carrera académica que trae mucha claridad sobre el particular, pero puede generar problemas a corto plazo. ¿Por qué? Porque oculta la diversidad tan cara a nuestra Universidad, al quitarle el apellido a las carreras (Ordinaria o Docente). Ocultar la diversidad académica no es bueno y el próximo Senado deberá revisarlo.

Tenemos otras tareas inconclusas, tales como el reglamento de Bachillerato, la incorporación de los profesores “no evaluados”, el reconocimiento de quienes realizan un postdoctorado en la Universidad, afinar el tema de remuneraciones, discutir los proyectos de formación de profesores, mejorar la inserción de la Universidad en la sociedad. Debemos implementar fórmulas que permitan al SU ser un actor activo en la mediación de conflictos y en la resolución de problemas que surgen día a día en la contingencia universitaria.

La tarea más importante que queda por resolver es la modificación de nuestro actual Estatuto. Hemos avanzado, en la seguridad que las modificaciones propuestas son necesarias. Destaco cambiar la presidencia del Senado a un Senador, ampliar la participación de los estamentos en los cuerpos colegiados y revisar la participación de todos los estamentos en la elección de autoridades unipersonales. Esta tarea, una vez finalizada, será pieza clave en el desarrollo de una nueva Universidad. Y… ¿para qué una mejor Universidad? Estoy seguro que ninguna de nuestras tareas será válida si en unos cuantos años más, Juanito, que estudió en una escuela pública donde llegaba después de caminar 5 kilómetros de tierra o barro y que en el liceo brilló por su inteligencia, no tiene un lugar en nuestros campus, laboratorios o talleres. Esa es tarea fundamental de esta Universidad de Chile y debe ser la enseña permanente de nuestro Senado Universitario.

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